La clínica psicoanalítica de las psicosis ha extraído sus enseñanzas más importantes de las producciones
escritas del sujeto psicótico. El caso del presidente Schreber, cuyas Memorias de un neurópata fueron para Sigmund
Freud el origen de su análisis inaugural del sistema delirante, sigue siendo todavía hoy un paradigma de esta enseñanza
que está en el principio del tratamiento posible de la psicosis. Por otra parte, la lectura que Jacques Lacan hizo de
la obra de James Joyce para deducir la estructura del sinthoma es hoy el ejemplo que hay que seguir cuando se trata de
dejarse enseñar por la producción escrita del sujeto en el proceso psicótico. Este libro quiere extraer una enseñanza
de la lectura del texto de Ramon Llull, el insigne filósofo y escritor catalán medieval. Para formular nuestra
hipótesis en una sola frase: el verdadero nombre de Llull es Amat. Y el psicoanálisis hace posible leer esta
contingencia del significante como una necesidad de la estructura. El nombre de Amat es, en efecto, el que nombra el
ser del sujeto en una experiencia que se ordena en tres vertientes fundamentales: en los signos del amor que se
despliegan en una forma erotomaníaca de la relación con el goce del Otro, forma designada con el término, neológico, de
Amancia; en una experiencia de la palabra que es aparición del significante en lo real, experiencia designada con el
término, neológico también, de Affatus; y en la letra que cifra el goce del Otro, escritura que Ramon Llull construye
en el famoso sistema de su Ars. Estas tres vertientes hacen un nudo que la enseñanza de Lacan nos permite leer como un
sinthoma, el mismo que el sujeto construye para hacerse el nombre de Amat, el mismo que nos enseña lugares inéditos de
la experiencia del sujeto psicótico.