Una imprescindible introducción a la vida y la obra de David Hume, el pensador que con sus iconoclastas ideas despertó a la filosofía (y a Kant) de su sueño dogmático.
Es por todos sabido que, en palabras del propio Kant, fue David Hume el que le “despertó de su sueño dogmático”. Bastaría esa afirmación para dar una idea de la relevancia de David Hume en la historia del pensamiento. Y es que el iconoclasta filósofo escocés ya experimentó la muerte de Dios antes que Nietzsche. Corría el siglo XVIII, la lúcida Ilustración, y el hombre se había quedado solo en el mundo. Siempre lo había estado, en realidad, pero solo entonces fue posible reconocer esa soledad existencial y espiritual de forma cabal. ¿Era esto una causa de desesperación para Hume? No; al contrario, era un motivo para modificar el rígido y puritano código moral de la sociedad anglicana en la que vivía.
Defender una sociedad justa en la que los ciudadanos sientan que sus intereses personales (su felicidad) están protegidos se convierte entonces en lo esencial para el pensador escéptico. El proyecto filosófico de Hume pasa por reconocer valores hasta entonces casi ignorados por la filosofía política, como la utilidad y lo inmediatamente agradable. Junto con su contemporáneo Adam Smith, se convierte así en uno de los padres del liberalismo político.
Infiel, casi excomulgado, primero protector y después rival de Rousseau, escocés afrancesado… La vida de Hume es inseparable del corpus de su obra, que este libro se propone entender en su conjunto.