¿Existe una lectura correcta de un texto clásico? Pienso que no, que justamente un clásico es aquel que permite infinitas lecturas, y que es por tanto inagotable. Volvemos a los clásicos porque nos siguen interpelando. Volvemos a Chéjov porque nos habla no tanto de allí (la Rusia prerrevolucionaria) y entonces (finales del siglo xix), como del aquí y el ahora.
Cada lectura de un clásico es una nueva prueba, una nueva pregunta que se lanza al texto. Según lo que preguntes, según donde pongas el foco, contesta cosas distintas. Cada lectura que hacemos hoy de un clásico es una conversación con el texto original.
Si es así, ¿por qué deberíamos preguntar a un texto solo de una manera?
Mi acercamiento es doble. Dos miradas distintas, dos reflejos de mi interés y de mi amor por el Tío Vania original. Ahora pueden leerse aquí los dos acercamientos, las dos miradas sobre el clásico. Dos textos que a veces dialogan y otras se contradicen; que contienen fragmentos repetidos, ecos; que a veces permanecen muy cerca del original, y otras se alejan hasta que casi no queda rastro. Dos caminos entre tantos posibles.