EL PUEBLO ESTÁ EN EL NORTE DE SIRIA, CERCA DE TURQUÍA, Y ES ALLÍ DONDE LEYLA, HIJA DE UNA ALEMANA Y DE UN KURDO EZIDÍ, PASA TODOS LOS VERANOS. UN LUGAR CUYO OLOR Y SABOR CONOCE BIEN, IGUAL QUE SUS HISTORIAS. HA CRECIDO CON LA SENSACIÓN DE QUE PERTENECE A DOS MUNDOS: EL DE LA CASA DE SUS PADRES A LAS AFUERAS DE MÚNICH, DONDE VIVE DURANTE TODO EL CURSO ESCOLAR, Y EL DE LA REGIÓN KURDA DONDE PASA LAS VACACIONES CON SUS ABUELOS EZIDÍES. A PARTIR DE CIERTO MOMENTO, EN INTERNET SE SUCEDEN IMÁGENES DE UNA ALEPO ARRASADA POR AL ASAD Y DE LOS EZIDÍES ASESINADOS POR EL ESTADO ISLÁMICO QUE SE MEZCLAN CON LAS FOTOS DE SU APACIBLE DÍA A DÍA CON AMIGOS ALEMANES. TODO ELLO LE APARTA POCO A POCO DE UNA COMUNIDAD PARA ACERCARLE A LA OTRA.