Valeria no se siente preparada para viajar a su nuevo hogar en Marte tras escuchar a su madre explicarle que debe separarse de Mi, el robot que la ha cuidado desde que era un bebé. Mi debe quedarse en la Tierra, pero Valeria no está dispuesta a rendirse, no mientras los ojos de Mi, color caramelo, y su cuerpo algodonoso, repleto de mágicos bolsillos, sigan envolviendo de matices su corazón de niña. Un emotivo relato que nos enseña a afrontar el dolor de la pérdida de un ser querido, a aceptar las renuncias en las nuevas etapas de la vida y a comprender que todo aquello que amamos puede ser conservado por siempre en nuestra memoria.