El caso real del Juicio a las Juntas militares argentinas de la película Argentina, 1985, nominada a los Premios Óscar, contado de primera mano por uno de los jueces que intervino: Ricardo Gil Lavedra.
Un grupo de magistrados jóvenes ante el mayor desafío de sus vidas y de la incipiente democracia: juzgar a los comandantes de la dictadura.
A meses de recuperada la democracia, la sociedad argentina asiste atónita al develamiento de un masivo y atroz plan criminal. A pesar de las amenazas de los cuarteles y las presiones de sectores del poder, seis jueces y dos fiscales ponen en marcha el popular Juicio a las Juntas, que sería un hito para la Historia del país y un ejemplo para el mundo. Ellos eran los astronautas, los que debían mantener la concentración y la calma para proteger la democracia y los derechos humanos mientras en el país caían meteoritos tras la última dictadura cívico-militar. Desapariciones y secuestros, detenciones, torturas, crímenes contra la humanidad, asesinatos,… A todo esto tuvieron que enfrentarse los astronautas con la ley y la justicia como únicas armas posibles.
Ricardo Gil Lavedra, uno de los jueces que intervino en aquel insólito caso, relata en primera persona los entresijos de un juicio fundamental para la historia reciente de Argentina y el más importante de su carrera. Un juicio que dio la vuelta al mundo y que ha inspirado la película Argentina, 1985 de Santiago Mitre, nominada a los Premios Óscar 2022 en la categoría de mejor película internacional.
«Sabíamos que dependíamos de nosotros mismos, que nada ni nadie nos iba a ayudar. Éramos seis tipos muy distintos. Sin embargo, aun en esa diversidad teníamos las mismas convicciones sobre la justicia, sobre la necesidad de restaurar el estado de derecho, sobre la necesidad de asegurar la vigencia plena de la ley. Lo que siguió, el juicio, la sentencia, la amistad entrañable que se consolidó entre nosotros, fue la consecuencia de lo que pudimos hacer con lo que traíamos de nuestras propias historias, más la relación que construimos en aquellos días y para siempre. Detrás de los hechos históricos siempre hay explicaciones racionales: procesos, contextos, factores predecibles, las fuerzas de la Historia. Pero también está lo fortuito, lo humano. Las cosas que se producen misteriosamente en un momento dado, con las personas y sus circunstancias. Cuando, de algún modo, todos los planetas se alinean».
Ricardo Gil Lavedra
Reseñas:
«Gil Lavedra desarrolla con pluma ágil los hechos según fueron vividos […]. La película Argentina, 1985 retrata la odisea desde el punto de vista del fiscal. La voz de Gil Lavedra aporta otra mirada (la suya y la de sus compañeros de tribunal) sobre este acontecimiento.»
Diego Rojas, Infobae
Sobre la película:
«Argentina, 1985 sirve de homenaje a los esfuerzos que rindieron […] para sentenciar a los responsables del mayor genocidio de la historia del país, ordenado por el Gobierno Militar de la dictadura.»
Mariona Borrull, Fotogramas