Hay que rendirse ante la belleza de este poema apocalíptico de amor. De todas las cenizas de Troya, aún desprenden calor las de sus enamorados. Caretas fuera: “será el amor y no los Estados Unidos de América / ni la poesía / quien nos salve”. Consigue que “el Lemi” sean todos los amados del mundo, que los lectores seamos todos los amantes del mundo.
[...] Nos encontramos también ante uno de los poemarios de amor más hermosos, estupefacientes, hondos y alegres —la alegría, esa trinchera— de la poesía reciente en castellano. Rodrigo García Marina nos ofrece un libro colmado de pliegues, de estratos, de posibilidades. No se avanza por sus imágenes sin un deslumbramiento, no se sale a vuelta de sus versos, no se termina sin una revelación.
Del epílogo de Alberto Conejero