Este es un paseo por la margen de un río en obras. Entre escombros, bloques de pisos de lujo a medio construir y alfares en desuso, el protagonista de Las cañadas oscuras se encuentra con sus amantes en fiestas flamencas que se prolongan hasta el amanecer. Al cruzar el río de vuelta a casa, a veces se topa con la extrañeza de un territorio inestable y, otras, presencia el éxodo a las periferias, provocado por la especulación inmobiliaria y las inundaciones. Los poemas recorren estos hechos, entre lo histórico y lo imaginativo, para lograr una expresión verdaderamente urbana y contemporánea que reconoce el ritmo de la ciudad como la medida justa del verso.