Una bella alegoría del amor fraternal y el respeto a la diversidad.
Mi hermanita es dormilona, risueña y tiene unos ojos preciosos y enormes.
Ah, y es una dragona.
Vivir con una dragona puede ser difícil, porque a veces quema las cosas y alguna gente la mira raro porque no la entiende. Pero Lucía es mi hermana, es especial, y no la cambiaría por nadie.