En abril del treinta y nueve el expolicía y capitán republicano José Dalmau espera en Madrid la inminente entrada del ejército rebelde. En los estertores de la guerra civil las diferentes facciones del ejército republicano se embarcan en su propio esperpento de guerra civil en miniatura que enfrenta a anarquistas, socialistas y comunistas. Durante la última batalla el gran amigo de Dalmau, Pereda, es asesinado. Dalmau se empeña en investigar el caso porque un asesinato en mitad de la batalla sigue siendo un asesinato, sin embargo el desinterés de sus superiores y la caída de Madrid frustran la investigación. En los años siguientes el expolicía pasa por la cárcel de Carabanchel, por Cuelgamuros, donde se proyecta la descomunal cruz del Valle de los Caídos, y por la División Azul, donde el expolicía se intenta rehabilitar ante los vencedores .
De vuelta a Madrid es contratado por el industrial Araujo para que investigue el pasado, que presume turbio, del prometido de su hija Sonia, un cabecilla falangista , héroe de la quinta columna de Madrid que ahora es el Secretario General de la Dirección de Regiones Devastadas. La investigación aparentemente rutinaria le lleva a Dalmau a toparse con la resistencia interior al franquismo, con los recuerdos de la siniestra y falsa embajada del Siam que existía en el Madrid del año treinta y seis, con estraperlistas poco escrupulosos y con unos cuantos muertos que reclaman su atención; y poco a poco se va adentrando en las mismas entrañas del mal.