«Por la testarudez de José, por su bondad y porque emanaba un halo de espiritualidad, su familia lo bautizó con el apodo del “Lama Maño”. Y es que José pertenecía en realidad a otro mundo, a otra dimensión. Era el comisionado en la Tierra de unos seres muy evolucionados, unos entes que habían abandonado ya su existencia como humanos y que, después de sucesivas reencarnaciones, habían acumulado toda la sabiduría que sus almas habían adquirido a lo largo de sus experiencias terrenales. Probablemente, nadie, ni tan siquiera su propia familia, supo advertir esta realidad hasta que, quizás, fue ya tarde.»
José Soriano Sáez es hombre con un carácter excepcional, bueno y servicial. En eso, y en el hecho de que cocina la mejor tortilla de patatas del mundo, coinciden todos. Tal es su bondad que muchos incluso le llaman el «Lama Maño». A través de la vida poco común y un tanto mística de José nos sumergiremos en las aventuras y los dramas de una familia corriente pero encantadora, junto a la que convive una dimensión invisible y mágica, la de los «Elevadísimos». José, que forma parte de esta hermandad de almas evolucionadas que vigilan atentamente el devenir de las personas, ha sido elegido para llevar a cabo una tarea muy importante en la Tierra. Su principal misión es recordar a esos seres superiores qué significa ser humano: las alegrías, los sufrimientos y los placeres de la vida terrenal, Así, la «Hermandad» de los Elevadísimos podrá comprender mejor y seguir guiando a las almas que regresan a su origen y vuelven a encarnarse.
Las aventuras de José en la Tierra están marcadas por una gratitud inmensa a la vida. Una historia inspiradora que, bajo un barniz de fantasía, esconde el tierno homenaje de una hija a su padre, y que nos invita, ante todo, a saborear la vida con los cinco sentidos.