Tras combatir en las estepas rusas enrolado en las filas de un regimiento cosaco durante la guerra que siguió a la Revolución Rusa, Ivan Sobolev tuvo finalmente que exiliarse a través de la frontera con China, convirtiéndose así en uno de los millones de refugiados rusos tras el triunfo Bolchevique.
Tras varios años dando tumbos de un lado para otro huyendo de las autoridades, quienes buscaban atajar el problema de los exiliados encerrándolos en campos construidos para tal fin —en ocasiones al borde de la subsistencia—, Sobolev finalmente decidió embarcarse en la aventura de dar la vuelta al mundo sin más vehículo que una destartalada bicicleta. Poco a poco, conforme recorrió países, su empresa fue ganando notoriedad a nivel popular, gracias a sus puntuales apariciones en prensa. Llegado cierto punto, ello le permitió hacerse con una motocicleta para continuar con su periplo.
«Pasaporte Nansen» es un libro de muy diversas lecturas. En sus páginas, por un lado, encontramos un relato de aventuras cargadas de acción y entretenimiento, siempre con una mirada antropológica sobre las diversas culturas con las que fue encontrándose Sobolev en su odisea. Por otro lado, como telón de fondo, descubrimos la gran crisis humanitaria de los desplazados por los diversos conflictos que asolaron el mundo en el primer cuarto del siglo XX, a la que trató de ponerse remedio desde la Sociedad de Naciones a través del denominado Pasaporte Nansen: cédula de viaje internacional, ideada en 1922 por el Premio Nobel de la Paz Fridtjof Nansen, que permitió a los refugiados que la solicitaron desplazarse por buena parte de los países del globo en busca de un futuro.