Un tema inagotable, viejo y nuevo. Y un poeta hondo. En tiempos
de oscuridad y desánimo, José Mateos ha escrito su libro quizá
más luminoso y sereno, lleno de confianza y de fe en la vida. Tras
los signos amenazantes y los augurios opresivos de los poemas iniciales
del libro, irrumpe a pesar de todo y por encima de todo, con
su temblor y su milagro, la primavera, que figura en estas páginas
como símbolo de libertad, pureza y verdad. Poemas leves y a la vez
muy firmes y pujantes, en los que se respira el triunfo sin estrépito
de lo vivo que vuelve, que renace siempre y que no puede morir.
(ELOY SÁNCHEZ ROSILLO)