En la víspera de la gala de los premios de cine más importantes del país, el cantante Daniel Cabrera —nominado a la mejor canción—, presa de una angustia inexplicable, publica en las redes sociales una foto con un mensaje que lo convierte rápidamente en tendencia, desatando la curiosidad de miles de seguidores. Su camello de cinco años atrás —un hombre tan excéntrico como entrañable, que se comunica a través de frases de películas— reaparece en su vida, y una periodista extranjera que cubre la gala del cine, y que fantasea sexualmente con el cantante, lo persigue para entrevistarlo. Ambos lo acompañarán en la trepidante cuenta atrás que serán para Daniel las horas previas al evento.
'Si no te veo en 25 horas, me muero' es absolutamente cinematográfica y no solo porque la historia que nos cuenta tenga a la industria del cine como escenografía, puesta en escena y telón. La trama, construida a la manera de un guion, está contada en tiempo real y posee todos los elementos que, de serlo, harían de ella una película apasionante. Los sueños de artistas intoxicados por los intereses personales de políticos de turno. La falsa modestia, la doble moral y la perversión detrás de todas esas manos. Mentiras, política y poder. Drogas, amor y deseo. Todo ello con personajes convincentes y llenos de aristas que nos guiarán por una trama repleta de sorpresas.
Porque este es, quizás, uno de los mayores logros de José Vázquez como narrador: saber cómo y de qué manera tensar cada uno de los hilos que atraviesan sus páginas, con la única intención de enmarañarnos los sentidos, los prejuicios y los miedos. Dueño de una prosa tan particular como inconfundible —y con una capacidad admirable para resolver diálogos, crear atmósferas y describir escenas—, este autor nos deja sin excusas. Nos regala la posibilidad de leer un libro y mirar una película al mismo tiempo, y, con ello, nos quita la presión de tener que elegir.