El turismo no es un fenómeno nuevo; lleva desarrollándose en nuestro país desde hace algo más de un siglo, y, como sabemos, representa un factor clave en la economía española, con el consiguiente impacto que esto tiene en la sociedad y en el medio ambiente. Desde sus inicios, la actividad turística ha dado lugar a nuevas formas de gestionar el patrimonio natural y cultural, generando reclamos con la intención de atraer un número cada vez mayor de visitantes.
Ejemplo de esto es la forma en que el turismo modifica el paisaje de las ciudades (pensemos en el efecto revitalizador del Museo Guggenheim de Bilbao, que después tratarían de replicar muchas otras poblaciones), también el entorno rural y los espacios naturales protegidos, convertidos muchos de ellos en reclamos turísticos, que a menudo ven en esta industria su única vía de desarrollo, al mismo tiempo que supone una fuente de problemas. La proliferación de folletos, guías, postales y souvenirs también encuentra aquí su origen.
Este libro, en el que participan docentes e investigadores procedentes de la Universidad de Castilla-La Mancha y expertos en diversos campos, analiza desde diferentes perspectivas las formas en que el turismo nacional se relaciona con ámbitos tales como el arte, la arquitectura, la fotografía o la literatura, así como su impacto en el entorno, el medio ambiente y el desarrollo de las zonas rurales, poniendo especial atención en el caso castellano-manchego.