El cometido habitual de la filosofía consiste en responder preguntas relativas a las fronteras del conocimiento, el sentido de la existencia, los principios de la acción humana o de la convivencia social. Sin embargo, en el siglo XX los filósofos adoptaron una actitud más precavida, buscaron formas de expresión más crípticas, pretendieron conseguir mayores cotas de rigor a cambio de recortar sus ambiciones. Por lo que se refiere a las cuestiones últimas, los científicos han compensado a menudo este retraimiento. Muchos de ellos se han atrevido a especular sobre asuntos tan controvertidos como el origen del universo y el destino del hombre. Lo han hecho como colofón a investigaciones más concretas y empíricas, al hilo de escritos de alta divulgación, textos autobiográficos, ensayos, alocuciones o conferencias. Este libro recopila, expone y critica la cosmovisión de 39 autores escogidos entre los científicos contemporáneos más relevantes en todos los campos de la investigación.