Las dialécticas y los consensos entre las diversas orientaciones políticas y sociales que se reflejaban en la conformación del Estado se vieron influidas, a su vez, por las dinámicas trasnacionales y las redes locales, siempre con el horizonte de la integración europea como elemento de referencia. Las demandas de un marco socioeconómico en estado de ebullición se compaginaron así con los intentos por ofrecer un marco político institucional que, respondiendo a tales retos, resultase compatible con los parámetros exigidos por las instituciones comunitarias. Los ámbitos locales, provinciales y regionales se convirtieron a su vez en un marco privilegiado de experimentación de las nuevas formas de reivindicación social y representatividad política.