El trastorno de la vigorexia aparece de forma casual en 1993 cuando Pope y su equipo estudiaban los efectos secundarios del abuso de esteroides anabólicos en usuarios de gimnasios. En sus conclusiones, citaron sintomatología psicótica en sujetos con una larga historia de consumo de estas sustancias y un trastorno relacionado con una autopercepción de un cuerpo insuficientemente musculado, además de la práctica deportiva masiva entre algunos culturistas. En un principio este trastorno se denominó anorexia inversa o complejo de Adonis, aunque hoy en día se le reconoce como dismorfia muscular o vigorexia.
A pesar de existir una casuística cada vez mayor, el trastorno aún no se ha incluido en las clasificaciones diagnósticas, generando su etiología, evolución y pronóstico serias controversias científicas. Mientras tanto, siguen apareciendo nuevos casos, incluso en la población adolescente.
El presente libro supone un esfuerzo integrador al reunir la literatura existente sobre el tema, además de proponer modelos explicativos que abordan la descripción, etiología, evaluación y tratamiento con el fin de ayudar a los profesionales y proporcionar información a las personas que lo sufren.