Si a medianoche oyes algún día
un cortejo invisible desfilar
con músicas y voces exquisitas,
no lamentes la suerte que fue tuya
y hoy te vuelve la espalda, los trabajos
a que no diste fin, o el plan de vida
que trazaste en el aire con el dedo.
Como hombre presto a todo y abnegado, deja
que se aleje de ti Alejandría.
No trates de engañarte, no te digas
que fue un sueño –no más– de los sentidos;
no des cobijo a vanas esperanzas.
Como hombre presto a todo y abnegado y digno
de haber sido señor de tal ciudad,
acércate, resuelto, a tu ventana
y oye con emoción, no con las quejas
y las súplicas propias del cobarde,
como un último goce, el exquisito
son de los pífanos del irreal cortejo
y di adiós a la Alejandría que has perdido.
«Los dioses abandonan a Antonio»
CONSTANTINO CAVAFIS (1911)
traducción directa de Gustavo Durán
GUSTAVO DURÁN (1906-1969), mítico y legendario personaje, era conocido como músico y compositor de la Generación del 27, como militar y estratega del bando republicano durante la Guerra Civil Española y, ya en el exilio, como diplomático en USA y alto funcionario de las Naciones Unidas. Lo que pocos sabían es que, en la etapa final de su vida, transcurrida en Grecia, se dedicó a traducir poemas de Constantino Cavafis. Esas traducciones –cronológicamente de las primeras realizadas del poeta de Alejandría por un español– seguían inéditas, y aquí se ofrecen, bajo el elocuente título de Días finales en Grecia, cuando acaban de cumplirse los cincuenta años de la muerte de Durán. Tienen el interés de ser respetuosas al máximo con la “poesía de ideas” de Cavafis y de traer al recuerdo al poeta Jaime Gil de Biedma, cavafiano de la primera hora, amigo y mentor poético de Durán. Con esta edición, pulcra y minuciosa, al cuidado de Alejandro Duque Amusco, se recupera una interesante página de nuestra reciente historia literaria.