Fondeado en el puerto de Santa María, una pequeña isla frente a la costa de Chile, el capitán Amasa Delano, al mando del buque mercante estadounidense Bachelor’s Delight, divisa un barco que parece estar en apuros. Al acercarse, ve que se trata de un mercante español, el Santo Domingo, «dedicado al transporte de negros», y comprueba que, en efecto, ha pasado muchas calamidades: después de una serie de tormentas al pasar el cabo de Hornos, ha estado a punto de naufragar, el escorbuto y la fiebre han acabado con un gran número de oficiales, y apenas tiene comida y agua. Así se lo cuenta el capitán, don Benito Cereno, pálido, enfermo y con ciertos indicios de «trastorno mental». Hay, sin embargo, otros indicios de que la situación es aún más anómala de lo que parece.