Todo se desvanece cuando el autor ha de dejar su entorno, cuando los recuerdos se mezclan con la necesidad que supone emprender una nueva etapa. El camino es la memoria, un trayecto hacia otras personas, hacia otras ciudades de paso, donde los hogares son breves y la distancia se convierte en la única forma de sentirse más cerca. La adaptación, la crisis interior y el propio convencimiento de que nada volverá a ser como antes forjan una visión de la vida que transformará al hombre que partió en otro.