Las mujeres están furiosas y no es difícil adivinar por qué.
O somos demasiado sensibles o no lo suficiente. O vamos mal vestidas o demasiado arregladas. O estamos demasiado gordas o demasiado delgadas. O somos zorras o puritanas. Se nos acosa, se nos dice que lo vamos pidiendo a gritos y se nos pregunta si acaso nos vamos a morir si sonreímos. Pues sí, precisamente de eso se trata.
Contrariamente a la retórica de la autoayuda divulgativa y a lo que llevamos toda la vida oyendo, la furia es uno de nuestros recursos más importantes, una afilada herramienta para luchar contra la opresión política y personal. Durante mucho tiempo se nos ha dicho que debíamos reprimir nuestra ira mientras dejábamos que corroyera nuestros cuerpos y mentes, pero lo cierto es que la furia no es algo que se interponga en nuestro camino, es nuestro camino.
Siguiendo los pasos de manifiestos feministas clásicos como La mística de la feminidad y Nuestros cuerpos, nuestras vidas, Enfurecidas es un libro revelador dirigido a la mujer del siglo XXI: constituye un interesante y accesible credo que nos ofrece las herramientas para que reinterpretemos nuestra furia y nos sirvamos de su poder para generar un cambio positivo duradero.