A Frank Guidry se le ha acabado la suerte. Fiel empleado del capo de la mafi a de Nueva Orleans Marcello, Guidry sabe que todo el mundo es prescindible. Pero ahora le toca a él; sabe demasiado sobre el crimen del siglo: el asesinato de JFK. Sin apenas opciones, Guidry se echa a la carretera camino de Las Vegas para ver a un antiguo socio.
Guidry sabe que la primera regla para huir es «no detenerse», pero, cuando ve a una mujer parada en la carretera con el coche averiado, dos hijas pequeñas y un perro, descubre la manera perfecta de ocultar sus pasos. Ella también ha escapado de una existencia asfixiante en un pequeño pueblo de Oklahoma.
Otra regla: los fugitivos no deberían enamorarse, sobre todo el uno del otro Todo el mundo es prescindible, o debería serlo, pero ahora Guidry no puede dar la espalda a la mujer de la que se ha enamorado. Aunque eso podría costarles la vida a ambos.