Una historia de las redes organizacionales que han cambiado el mundo y una invitación a la reflexión escéptica sobre el papel que tienen en nuestra sociedad.
La mayor parte de la historia es jerárquica: tiene que ver con papas, presidentes o primeros ministros. Pero, ¿y si fuera así por el simple hecho de que han sido ellos los que han creado los archivos históricos? ¿Y si estuviéramos omitiendo y relegando la influencia de poderosas pero menos visibles redes de organización?
El siglo XXI ha sido proclamado como la Era de la Red, pero en este libro Niall Ferguson nos recuerda que las redes sociales no tienen nada de novedoso. Desde el tiempo de las imprentas y los predicadores que llevaron a cabo la Reforma hasta los masones que lideraron la Revolución estadunidense, fueron las redes organizacionales quienes interrumpieron el orden establecido. Así pues, lejos de ser una novedad, nuestra era es más bien la Segunda Era de la Red, con el ordenador ocupando el papel central que en su momento ocupó el papel impreso. Quienes esperan una utopía de «internautas» interconectados pueden, por lo tanto, sentirse decepcionados. Las redes son propensas a la agrupación, los contagios, pero ante todo a las interrupciones y los conflictos del pasado encuentran paralelismos desconcertantes hoy, en el tiempo de Facebook, el Estado Islámico y el mundo trumpiano.
Este maravilloso libro revela la historia oculta de las redes organizacionales que han cambiado el rumbo de la historia y se presenta a la vez como un antídoto hacia las teorías de la conspiración y un desafío a la historiografía tradicional que nunca han prestado demasiada atención a las redes informales de influencia.
Reseñas:
«Cautivante y convincente.»
The New York Times
«Niall Ferguson ha escrito nuevamente un brillante libro... En 400 páginas habrás reabastecido tu mente. Hazlo.»
The Wall Street Journal
«Ferguson nos recuerda que la red social no surgió completa de la mente de Mark Zuckerberg; más bien, es una fuerza persistente en los asuntos humanos que ofrece una lente novedosa sobre el pasado y el desconcertante presente.»
San Francisco Chronicle