Conxita Simarro inicia su diario en Matadepera, Barcelona (España), en marzo de 1938. Tiene once años. La caída de Cataluña durante la Guerra Civil española obliga a la familia a exiliarse a Francia. En noviembre de 1941, logran embarcar en Marsella rumbo a México. La llegada al puerto de Veracruz en el buque Serpa Pinto supone el comienzo de una nueva vida. El diario lo interrumpe en septiembre de 1944. En este diario, los acontecimientos históricos del momento se relatan entretejidos en las historias y lugares donde se desenvuelve la vida cotidiana de Conxita. Como en una película, ella, protagonista, contempla los hechos a través de su mirada atenta, inteligente y perspicaz. En México, esa niña, ya adolescente, se corta las trenzas y se hace mayor. El diario va precedido de un prólogo de Rita Arias, una de las hijas de Conxita, y de dos estudios introductorios de las doctoras Susana Sosenski (UNAM) y Alicia Alted (UNED).