La novela relata las vicisitudes del reino franco de Jerusalén durante los últimos años del reinado de Amalarico, los de su hijo Balduino el leproso y su hermana, Sibila, hasta la toma de la ciudad por Salah-al-Din en 1187.
El relato empieza en 1170 cuando el escriba Hugo de Poitiers viaja a Jerusalén como amanuense del cronista Guillermo de Tiro. Allí conocerá al joven heredero Balduino, a quien le unirá una amistad que se acrecentará con los años. Asistiremos a las maquinaciones de Isabel de Couternay para hacerse con el dinero enviado por el Emperador de Bizancio con el fi n de que el rey Amalarico pueda armar un ejército con el que defender Tierra Santa y que ella quiere usar para liberar a Reinaldo de Chậtillon.
Tras la muerte del rey Amalarico, es coronado su hijo, Balduino, enfermo de lepra desde los diez años. Contra todo pronóstico, el nuevo rey resulta ser un monarca hábil y al que los barones y las tropas siguen sin titubear en su empeño por salvaguardar las plazas del reino de la amenaza árabe. Este es el mundo del que Hugo de Poitiers formará parte primero como escriba y después como caballero defensor de los Santos Lugares. Como tal asistirá a la defensa de Kerak, que es asediada por las tropas de Salah-al-Din, ayudará a gobernar al rey doliente y conocerá el amor de Helena, una de las damas de compañía de la reina María Comneno.