Max Planck ha sido a menudo caracterizado como un revolucionario a su pesar. En 1900 postuló la idea de que
la energía no se emite de forma continua, sino por medio de «paquetes» o cuantos. A la estela de esta hipótesis radical
se gestó la mecánica cuántica, la teoría que, junto con la relatividad, sustenta la visión moderna del universo. La
mecánica cuántica dirige su mirada al terreno de lo microscópico y algunos de sus postulados son tan asombrosos que el
propio Planck confesó a menudo sentirse superado por las consecuencias de sus hallazgos. Maestro de maestros, encabezó
la ciencia alemana durante décadas y mantuvo viva la llama de la razón en los años tenebrosos del nazismo.