Entre los años 1925 y 1930 Lampedusa mantuvo una nutrida y jocosa correspondencia con sus primos, Casimiro y Lucio Piccolo, en la que describió sus viajes por Europa: descubrió la «belleza mítica» de París, la sutil «bondad» de
la «admirada» Londres y la enigmática y «perversa fascinación» de Berlín. Publicada por primera vez en Italia en 2006, y ampliada en 2011, esta correspondencia se transforma en ensayo y revela el inconfundible estilo del autor: su gran capacidad de observación, así como su travieso sentido del humor y la perspicacia con la que
tan bien supo describir la comedia humana.