Con una amplia trayectoria profesional en management, el autor nos propone un conjunto de Principios Activos, destilados de su propia experiencia y de los cientos (o miles) de casos que ha conocido directa e indirectamente, con los que abordar el reto más relevante al que se enfrenta todo directivo a lo largo de su carrera: cómo conseguir que las personas que le rodean aporten lo mejor de sí mismas
a la organización y, al mismo tiempo, se sientan a gusto, implicadas y reconocidas. Aspectos prácticos tan habituales como la gestión del poder, la comunicación, la confianza, el liderazgo, el conflicto, los recursos, entre muchos otros, se analizan y comentan desde una óptica práctica pero amplia y con toda la objetividad que permite una inevitable visión propia, fruto de un dilatado recorrido personal y profesional al frente de numerosos equipos humanos, en ámbitos muy distintos, de culturas diferentes y con objetivos dispares. Y para que no quepa duda de que «lo humano» es fundamental para que «lo organizativo» funcione, nada más apropiado que las profundas reflexiones de un auténtico conocedor de la mente humana como William Shakespeare. A lo largo de nuestra historia es difícil encontrar a otro pensador cuya riqueza y amplitud de experiencias vitales le hayan permitido plasmar, con una precisión y belleza inigualables, todos los misterios, los secretos, las evidencias y los anhelos del alma humana en las situaciones más diversas, lo que ha llevado a una comprensión extraordinaria de los sentimientos y las fuerzas que nos mueven. Sin duda, Shakespeare es la confirmación de que no hay nada más complejo y, a la vez, más gratificante, que trabajar con las personas para conseguir objetivos comunes en entornos difíciles, día a día y bajo presión, pero sin perder nunca el respeto, el buen humor y la visión de lo que se persigue.