Pene769;lope escribio769; cientos de copias de la misma carta para entrega769;rsela a todo aquel viajero que arribara a I769;taca con la esperanza de que al menos una de ellas llegara a las manos de Odiseo. No obtuvo respuesta. Sin embargo, podemos imaginar que769; vuelco hubiera dado la situacio769;n en I769;taca si Pene769;lope hubiera mostrado una sola carta a los voraces preten- dientes que la acosaban y se disputaban su lecho.
Graciela Rodri769;guez Alonso ha imaginado y escrito para los hombres y las mujeres de hoy esas cartas de Odiseo y de Jaso769;n, de Aquiles y de He769;rcules.
«Palabras que navegan llevando el mensaje del amor... o del desamor, la afirmacio769;n, negacio769;n o restriccio769;n de los afectos, todo esto encontrara769; el lector, y mucho ma769;s, en estas antiguas y contempora769;neas Cartas de los hombres».
Vicente Cristo769;bal