Años salvajes nos habla de una obsesión, la de William Finnegan con el
surf. Finnegan comenzó a hacer surf de pequeño en Hawái y California. En
los años setenta, tras finalizar sus estudios universitarios, su pasión le llevó
a dejarlo todo y emprender un viaje iniciático por Samoa, Indonesia, Fiyi,
Java, Australia y Sudáfrica.
Este precario y singular viaje, por tierras cada vez más salvajes, y en el que
varias veces estuvo al borde de la muerte, terminó llevándolo de vuelta a su
país, donde se convertiría en un reconocido escritor y corresponsal de guerra.
En Estados Unidos, pese a su nuevo trabajo, su pasión por las olas se
mantiene intacta: continúa su búsqueda de la ola perfecta −la más grande,
la más rápida, la más peligrosa− en San Francisco, la Costa Este o Madeira.
Una búsqueda incesante que es, también, la del sentido de su existencia.
Galardonado con el Premio Pulitzer 2016, Años salvajes es una fascinante
historia de aventuras y una autobiografía literaria de primerísimo nivel. Es,
además, y sin ningún género de dudas, el mejor libro sobre surf que se haya
escrito nunca.