El pequeño dinosaurio Mini está encantado con su mascota, la cavernícola Lucy, sobre todo porque puede imitar todos los ruidos posibles a la perfección. Por desgracia a los padres de Mini no les gusta nada que se pase horas graznando como un ave prehistórica o bramando como un huracán. «¡Esto debe terminar! O Lucy tendrá que marcharse», dicen. Desesperado, Mini inscribe a Lucy en la escuela de mascotas, confiando en que allí aprenda buenos modales lo más deprisa posible?