En la actualidad hay una verdadera ola de reflexiones sobre la moral, que están bajo el signo del ateísmo y de la relatividad y subjetividad de los valores. Sin embargo, su contenido: la distinción entre el Bien y el Mal, es heredera evidente de la ética cristiana. El autor se propone analizar las ideas sobre el Mal, su origen, fundamento y metamorfosis a través de la historia de la cultura occidental, puesto que las culturas se definen en primer lugar a partir de las representaciones del Mal que les son propias. La aparición y pasión de Cristo fue el acontecimiento que ubicó al ser humano definitivamente en el centro de todo discurso ético. Esta posición le concierne de una manera que contradice la relatividad y subjetividad de los valores morales, y en las "Historias del Mal", a lo largo de los siglos se puede reconocer siempre un núcleo invariable, "... un poder y un enigma del Mal... que posee una consistencia propia más allá de toda manifestación empírica".
Después de un interesantísimo recorrido por la ética griega, la moral de las teologías judía y cristiana medieval, pasando por el declive de la fe a partir de la época de las Luces, hasta el ateísmo moderno, Bernard Sichère afirma que en la actualidad, más que de un "retorno moral", se trata de un "retorno de lo trágico", presente en todos los ámbitos que conlleva la dimensión radical del Mal no simbolizable y no pensable por la razón moderna.