El valor de la salud quiere recuperar el significado profundo de bienestar y dicha que surge cuando cuerpo y mente, espíritu y pensamiento se reencuentran. Y lo hace desde la libertad que otorga un análisis sociológico que extrae beneficios tanto de la ciencia contemporánea como de las antiguas sabidurías, las cuales nos remiten a nosotros mismos, a la conciencia y a la sociedad que juntos constituimos. La salud es ante: todo un valor y un arte que debemos cultivar y, sólo en segundo lugar, ausencia de enfermedad. La sociedad moderna y su ciencia han olvidado lo primero. No obstante, junto a unas exigencias ecológicas muy urgentes emerge hoy Un debate fructífero sobre las situaciones deterioradas de la vida cotidiana que engendran enfermedad. Esto se refuerza con unas intuiciones y estilos de vida que invierten estos procesos enfermizos y que pueden conducirnos, si sabemos hacerlo, a un nuevo estado de salud.