Henry Beyle, Stendhal (1783-1842), encontró
grandes dificultades para ser conformista, y de hecho fue la encarnación
de la paradoja y la insubordinación. Su estilo y su técnica,
asombrosamente modernos, proclaman su temperamento subversivo y apasionado.
Los cuentos seleccionados aquí, al igual que
Las
crónicas italianas, muestran la pasión en su más
alto grado y tienen por escenario los países latinos, lugares que
fascinaban a Stendhal por su romanticismo turbulento, porque en
ellos se desata la tragedia y se mezclan la sangre, la voluptuosidad y la
muerte, y le brindan la oportunidad de ofrecer desenlaces despiadados.