Recogemos en un volumen los textos que, desde el año 1982 hasta el presente de 1994, pueden definir y expresar, con una cierta claridad, la forma de pensar y de sentir del compositor que los ha ido escribiendo.
La misión del compositor es, sin duda alguna, escribir música y, con ella, ?decir? aquello que, en célebres palabras de Schönberg, sólo puede expresarse con música y únicamente con ella; esto es cierto y siempre hemos tratado, en nuestras músicas, de decir sólo cosas musicales. Pero también es cierto que existen determinadas formas del pensar y del sentir que no siempre hallan adecuada expresión con la música (aunque en ésta se deposite lo más íntimo y cerrado de nuestro ser y aunque con ella, quizá, se diga aquello que no puede ?ni debe- ser dicho de otra manera) y necesitan la ayuda o la formulación de la palabra y su determinada forma de estructurarse y, por ende, de transmitirse.
Dejamos de lado otros textos juveniles, quizá para ser publicados más adelante, que podrían acabar de definir el talante y la manera de ser del compositor, y nos ceñimos a aquellos que comenzaron a publicarse desde 1982, no ya como crítica de conciertos y discos o comentarios de programas, sino como ensayos o intentos de pensar sobre el fenómeno musical y las circunstancias sociales, políticas, religiosas o psicológicas que necesariamente interfirieron, y aún lo siguen haciendo ahora, en la evolución ?o en la fijación de ciertas manera de escribir o de considerar el problema creador- del artista.