Acariciar a su bebé lo hacen todos los padres sin pensar en una metodología o en una forma de tratamiento. Todo lo que se puede conseguir con movimientos y maniobras sencillas lo ha expuesto fundamentalmente el médico francés Frederick Leboyer, contribuyendo notablemente a que el masaje de bebés ampliara sus círculos en Europa. En su libro Dei Sanften Händen ("Las manos suaves") presenta el masaje indio tradicional, que es algo más que una serie de técnicas de agarre y unas indicaciones de tratamiento. Para Leboyer, el masaje es la unión espiritual entre madre e hijo. Son tiernas palabras que, partiendo de las manos de la madre, hablan con el cuerpo del niño.
Para casi todos los padres es muy natural, después del baño, frotar el bebé, jugar con él y "mimarlo". En este punto quiero acentuar que este tratamiento, instintivo en una madre o en un padre cariñosos, es para mí el favorito. Sin ningún pensamiento de perfección se calientas las manos los pies del niño, su pequeña tripa es objeto de masaje en casos de cólicos o se le acaricia la cara. Sin embargo, muchos padres muestran inseguridad en estas circunstancias y esperan cada vez más orientaciones. Por esa razón, en los siguientes capítulos quiero ofrecer al lector consejos e instrucciones de ayuda de cómo atender mejor y dar correctamente los masajes a su pequeño tesoro.
Mis consejos se basan en una combinación de técnicas de los masajes clásicos, los indios y los suecos. También he añadido muchas ideas nuevas. Para que el lector pueda comprender mejor los ejercicios, se han representado con gráficos. Para cada parte del cuerpo se han elaborado varias líneas de masaje. Todos juntos dan como resultado, si se sigue la serie que se ofrece, un masaje completo o total.
Antes que ustedes, queridos padres, empiecen con el masaje, les recomiendo que primero lean el libro con atención. Se ha demostrado que la preparación del trabajo junto con la teoría, fácilmente comprensible, son una buena base para la correcta realización de los masajes del bebé, ya que usted en ningún modo desea causarle daño a su hijo. Muchas técnicas y agarres le parecerán automáticamente evidentes después de haberlas leído. Lo mejor que puede hacer es probar primero las manipulaciones con su pareja que, la mayoría de las veces, se hará partícipe del masaje. Según el tiempo de que disponga y las ganas, puede usted mimar a su bebé con un masaje parcial o total. Si le gusta dar masajes y su hijo lo disfruta, puede dividir los masajes en "zonas" individuales como la cara y la tripa. Una valiosa ayuda es el póster que se acompaña. En él encontrará el resumen de las maniobras de agarre más importantes.
Cuélguelo cerca de donde acostumbre dar los masajes al bebé. ¡Les deseo, a usted y a su hijo, mucha diversión!