En el imaginario popular, el cowboy, uno de los iconos culturales más antiguos
de Estados Unidos, ha terminado identificándose con un pistolero blanco.
Sin embargo, en el siglo XIX, más de una tercera parte de estos vaqueros eran
negros. Con esta serie fotográfica incluida en la exposición Andrea Robbins &
Max Becher, Desplazamientos, la pareja de fotógrafos saca a la luz la cultura
de los cowboys negros, prácticamente desconocida fuera de Estados Unidos
debido a su segregación en las competiciones de rodeo y a su exclusión en la
iconografía de los westerns.