Publicados en 1609, los Sonetos de Shakespeare constituyen una de las cumbres de la poesía amorosa de todo tiempo o nación. Por ellos desfilan sentimientos que transitan entre la amistad y el deseo, junto con el afán de supervivencia en la hermosura, ya sea ésta la de un cuerpo en otro repetido o mediante unos versos imperecederos. Riquísimos de matices, para reunir todos los ingredientes tampoco falta el misterio que rodea a sus destinatarios: el joven que inspira la mayor parte de ellos y la dama oscura que se interpone en la relación entre éste y el poeta.
Antonio Rivero Taravillo, poeta y traductor de Pound, Tennyson y Keats, nos entrega aquí una versión tan ajustada como musical, donde el endecasílabo blanco es espejo que no distorsiona el bellísimo original inglés. La traducción ha sido revisada para esta segunda edición en Renacimiento, conmemorativa del cuarto centenario de la muerte de Shakespeare.