Alegorías no es lo que parece, las metáforas se suceden, los mensajes
quedan implícitos y la escritora ya sabe de antemano que sólo aquellos
que abran su mente y su corazón, lo entenderán. Los personajes viven
en un espacio atemporal dentro de una sociedad injusta que se somete
a los paradigmas y a la tiranía de los poderes fácticos. A lo largo de la
trama, el lector va identificándose con esos personajes, que responden
con actitudes como el miedo, la duda, la venganza... tan propias del
ser humano, pero también llega a ilusionarse con la visión de un mundo
nuevo y espiritual que se presenta al alcance de todos.