Esta obra , concebida y diseñada por Toni Catany y Antoni Garau, presenta una serie de fotografías que Catany realiza de algunas de las cerámicas de Miquel Barceló, quien le abrió su tejar/estudio de Vilafranca de Bonany (Mallorca) entre diciembre de 2010 y enero de 2011.
El arte de Catany se puede entender en su complejidad cuando lo utiliza para mostrarnos el arte de otro. Así, cuando tiene delante las maravillosas cerámicas de Barceló, llenas de vida, oscuridad y misterio -una de las palabras clave de la estética de Catany- su propuesta visual no es la de Cossiols; no es la de Natures Mortes; ni es la de las texturas insinuadas de las polaroids transportadas. La respuesta al reto planteado por Barceló tiene que ver con la última Venécia y la materia oscura de Altars Profans en cuya serie creativa está inscrito el registro de esta obra. Al crear Catany su propia mirada sobre la obra de Barceló encontramos la mejor de las comuniones profanas entre dos expresiones artísticas autónomas y libres.