Nel Noddings postula, como síntesis de su pensamiento desarrollado en esta obra, que «el cuidado es la médula, fuerte y poderosa, de la vida humana».
«He sostenido que el énfasis en la creación de personas cuidadosas, competentes, cariñosas y agradables no atenta necesariamente contra la dimensión intelectual del plan de estudios. Por el contrario, este énfasis debe enriquecer la vida de los estudiantes, al igual que la de los docentes, en forma intelectual, moral y espiritual. Conforme entramos en el siglo XXI, tenemos que considerar las relaciones humanas como prioritarias en nuestros esfuerzos intelectuales y morales. Las escuelas pueden contribuir a esto ayudando a los alumnos a aprender cómo cuidar y ser cuidados».
En este libro, la autora presenta una alternativa al modelo prevaleciente de la educación del carácter en el campo de la práctica de la educación moral. La propuesta, basada en la ética del cuidado, es fundamentalmente relacional; no tiene su base en el individuo-agente, a la manera de la ética de las virtudes. Los éticos del cuidado están más preocupados por establecer condiciones y relaciones que sirvan de apoyo a la vida moral, que por inculcar virtudes en los individuos aislados.
Noddings describe las similitudes y diferencias entre la educación del carácter y la ética del cuidado, examina cómo esta última puede desplegarse mediante el currículum, prestando mayor atención a los problemas prácticos de la enseñanza, y pone especial énfasis en la necesidad de una mayor cooperación entre los diferentes campos de estudio.