La violencia y la agresividad, con sus múltiples causas, manifestaciones y grados, constituye una realidad habitual para la mayor parte de los niños/as y jóvenes en edad escolar. Su incremento deteriora las relaciones, genera un sentimiento de alejamiento afectivo en relación al centro, incrementa la sensación de aislamiento profesional y, en definitiva, empeora el clima del centro. Cuando existen problemas de este tipo, el resto de cuestiones se le subordinan, quedan relegadas a un segundo plano. Por esto, el logro de niveles aceptables de convivencia constituye la prioridad de la escuela en la actualidad. Por diversas razones:
? Porque los niños/as y jóvenes deben aprender a convivir pacíficamente.
? Porque la educación sólo puede llevarse a cabo en un clima de tranquilidad, respeto y relaciones personales fluidas.
? Porque en los momentos actuales aún nos encontramos en una situación reversible.
? Porque la violencia de baja intensidad constituye el caldo de cultivo de manifestaciones de mayor nivel.
El libro pretende ser una aportación útil a quienes se plantean la forma de llevar a la práctica la mejora de la convivencia. Se establecen siete ámbitos de mejora: acciones educativas, desarrollo profesional docente, participación del alumnado, colaboración con la comunidad, organización del centro, mejora del ambiente escolar y, finalmente, resolución de conflictos. En cada uno de los capítulos se efectúa una visión panorámica ilustrada con el relato de experiencias de mejora. Para ello se han manejado más de doscientas prácticas, procedentes de diez comunidades autónomas, de entre las cuales se han seleccionado noventa y cinco.