LOS EDUCADORES CON OFICIO SABEN QUE SU TAREA ESTRIBA, NO SÓLO EN
PROMOVER COMPETENCIAS O DESTREZAS, SINO EN ALENTAR HÁBITOS INTELECTUALES Y MORALES QUE AYUDEN A LAS PERSONAS A CRECER COMO SERES HUMANOS
«Regresar a lo educativo» y al sentido común constituye la urgente labor de la pedagogía en este momento. El principal error de la educación contemporánea es un psicologismo de lo periférico, que acaba poniendo la educación a merced de discursos meramente instrumentales que se interesan más por dominar y controlar a las personas que por conocerlas y ayudarlas a desarrollarse. Sin un fundamento antropológico y filosófico de serio alcance teórico, la pedagogía acaba en un discurso preciosista, pero, en el fondo, esclavo de la mentalidad dominante que no se preocupa por cultivar cada persona en su originalidad, sino por reproducir mecánicamente copias fieles a los prototipos diseñados por mercaderes o
ideólogos.