¿HASTA LA CORONILLA DE ESTAR GORDA?
Si ya no puedes aguantar ni un día más atrapada en unos vaqueros más anchos que una plaza de toros pero que te quedan justos, este es tu libro. Y es que para estar delgada no hace falta una licenciatura ni pasar hambre ni pasarte todo el día en el gimnasio; lo único que necesitas es espabilarte y usar la cabeza.
Vivimos en un mundo de soluciones instantáneas y milagrosas: dietas rápidas, bebidas light y programas intensivos. Y la mayoría de las veces estamos tan inmersos en nuestras caóticas existencias que somos lo bastante idiotas como para creernos que este tipo de remedios y bálsamos de Fierabrás son eficaces y que no tienen letra pequeña. Evidentemente eso no es así.
Ser delgada pero no idiota no es hacer una dieta ni usar productos que prometen esculpirte la figura como si fuera de plastilina, es todo un estilo de vida, es disfrutar de la comida, es sentirte saludable, es llenarte de energía con cada alimento y es, por supuesto, ser aquella que se contonea calle abajo con una canción sexi de fondo mientras se siente la reina del mundo.