Los caballeros ingleses pretendían la mano de Liana Neville por su inmensa fortuna. Rogan Peregrine era el único que no ocultaba que esta era la razón de su interés por ella, pero sus caricias convirtieron en fuego la sangre de Liana, que juró que ese hombre magnífico sería suyo.
Rogan sostenía una agria disputa por el amor traicionado, los hermanos muertos y el hogar usurpado. Finalmente, en el castillo de Rogan, Liana logra conquistar el corazón indomable de su marido.