Nadie quiere contratar a un veterano de Vietnam. Hacerse asesino a sueldo le pareció una opción tan buena como cualquier otra, sobre todo tras haber «provocado un accidente» al amante de su mujercita. Cuando Broker, su contacto habitual, le propone un nuevo encargo, Quarry acepta sin dudarlo, pero según va descubriendo más sobre su objetivo, intuye que algo falla. Esta vez la víctima se aleja tanto del típico cabrón habitual que Quarry siente mucha curiosidad? pero un encargo es un encargo, ¿no?, así que no hace nada al respecto hasta que se da cuenta de que Broker le ha preparado una encerrona. Ahora el matón a sueldo deberá resolver el asesinato que él mismo ha cometido.