Boris Beria Fuensanta, un policía de métodos muy discutibles,
y su ayudante Nicodemo, impresentable salvaguardia
de la ley y el orden, tendrán que averiguar de qué forma se
ha plantado, en manos de un chimpancé del Zoo de Barcelona,
el arma que ha herido a Nicodemo. Tal vez exista
relación con las actividades del veterinario del zoo, Daniel
Perestrello Nepomucena, quien realiza aberrantes experimentos
con los titís. ¿Tendrá algo que ver con las falanges
humanas que han aparecido en la comida de los suricatas y
a causa de las cuales varios de ellos han muerto atragantados?
¿O con la tragedia shakespeariana que tuvo lugar, años
atrás, en plena selva africana con chimpancés en los papeles
de los Montesco y los Capuleto? Los dos agentes interrogarán
a todo el que se les ponga por delante (chimpancé
incluido) y lograrán que los lectores se retuerzan de la risa.
Manu Manzano nos sorprende con una delirante historia
pseudopoliciaca en la que todo es exactamente lo que parece:
una inteligentísima locura.