Destinado desde su nacimiento a dirigir a su pueblo, Mūsa ibn Mūsa toma su nombre del gran conquistador de la Península, que varias generaciones antes había alcanzado el valle del Ebro para someter al conde visigodo Casio. Sus descendientes, los Banū Qasī, ya convertidos al Islam, desempeñarán un papel más que relevante en la región durante el siglo IX de nuestra era. Junto al caudillo árabe, comparten el protagonismo de esta historia Íñigo Arista, hermano de madre de Mūsa, que ha de convertirse en el primer rey de Pamplona. Por otra, el emir de Córdoba, Abd al Rahman II, artífice del esplendor político y cultural de Al Ándalus en este período.
En un escenario caracterizado por el enfrentamiento entre el Islam y el Cristianismo, Mūsa e Íñigo tratan de mantener la soberanía y la independencia de sus pueblos colocando sus lazos familiares por delante de sus diferencias de credo. Sometidos a los vaivenes de la historia, ambos se convertirán, también, en sus protagonistas.