Corfú, verano de 1961, el Palacio Real de Mon Repós, residencia de verano de la familia real griega, amanece en plena actividad. El servicio se afana en preparar la casa para recibir a unos ilustres huéspedes: Los «Barcelona», que no son otros que la familia real española en el exilio. El motivo de la visita es formalizar la relación entre Sofía y Juan Carlos. Aparentemente, esta historia de amor no tiene ninguna razón para no marchar sobre ruedas, pero los novios tendrán que luchar contra varios obstáculos para consolidar su relación, primero, y más tarde ser coronados como reyes de España.